martes, 7 de diciembre de 2010

"Hijoputa" e "Hijo de puta".

Hijoputa tiene resonancias casi genéticas,; es un individuo o individua, normal, de a pie; uno de tantos con los que a diario nos tropezamos en el peligro ejercicio de la vida.
Hijo de puta, sin embargo, es algo más serio; más definitivo.
Nadie confundiría un término con otro, en especial cuando el segundo se pronuncia despacio, dejando un poco en el aire la i antes de arrastrar la j, y la p suena labial, sonora, como un disparo.

El primero nace, pero el segundo se hace. El hijoputa es un mierdecita de andar por casa, y ni siquiera él puede evitarlo; un quiero y no puedo. En cambio, el hijo de puta se lo hace a pulso. No todo el mundo vale: hacen falta dotes, talento, carácter. El auténtico hijo de puta siempre es vocacional.

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