miércoles, 29 de diciembre de 2010

Carta a María.

Tienes catorce años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta. Entre otras razones, porque nunca hay respuestas para todo. Y además, he pasado la vida echando la pota mientras oía a demasiados apóstoles de vía estrecha, visionarios y sinvergüenzas que decían tener la verdad sentada en el hombro. Yo sólo puedo escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábrete sésamos. Esos son cuentos chinos. De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor vacuna que el conocimiento. Me refiero a la cultura, en el sentido amplio y generoso del término: no soluciona casi nada, pero ayuda a comprender, a asumir, sin caer en el embrutecimiento, o en la resignación. Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires.

Fíjate bien. Eres el último eslabón de una cadena maravillosa que tiene diez mil años de historia; de una cultura originalmente mediterránea que arranca de la Biblia, Egipto y la Grecia clásica, que luego se hace romana y fertiliza al occidente que hoy llamamos Europa. Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que se impregna de Islam hasta florecer en la latinidad cristiana medieval y el Renacimiento, y luego viaja a América en naves españolas para retornar enriquecida por ese nuevo y vigoroso mestizaje, antes de volverse Ilustración, o fiesta de las ideas, y ochocentismo de revoluciones y esperanzas. 0 sea, que no naciste ayer.

Para conocerte, para comprender, lee al menos lo básico. Estudia la Mitología, y también a Homero, y a Virgilio, y las historias del mundo antiguo que sentó las bases políticas e intelectuales de éste. Conoce al menos el alfabeto griego y un vocabulario básico. Estudia latín si puedes, aunque sólo sea un año o dos, para tener la base, la madre, del universo en que te mueves. Da igual que te gusten las ciencias: ten presente -como siempre recuerda Pepe Perona, mi amigo el maestro de Gramática-, que Newton escribió en latín sus Principia Mathematica, y que hasta Descartes toda la ciencia europea se escribió en esa lengua. Debes hablar inglés y francés por lo menos, chapurrear un poco de italiano, y que el estudio del gallego, del euskera, del catalán, que tal vez sean tus hermosas y necesarias lenguas maternas, no te impida nunca dominar a la perfección ese eficaz y bellísimo instrumento al que aquí llamamos castellano y en todo el mundo, América incluida, conocen como español. Para ello, lee como mínimo a Quevedo y a Cervantes, échale un vistazo al teatro y la poesía M siglo de Oro, conoce a Moratín, que era madrileño, a Galdós, que era canario, a Valle-Inclán, que era gallego, a Pío Baroja, que era vasco. Rastrea sus textos y encontrarás etimologías, aportaciones de todas las lenguas españolas además de las clásicas y semíticas. Con algunos de ellos también aprenderás fácilmente Historia, y eso te llevará a Polibio, Herodoto, Suetonio, Tácito, Muntaner, Moncada, Bernal Díaz del Castillo, Gibbon, Menéndez Pida¡, Elliot, Fernández Álvarez, Kamen y a tantos otros. Ponlos a todos en buena compañía con Dante, Shakespeare, Voltaire, Dickens, Stendhal, Dostoievski, Tolstoi, Melville, Mann. No olvides el Nuevo Testamento, y recuerda que en el principio fue la Biblia, y que toda la historia de la Filosofía no es, en cierto modo, sino notas a pie de página a las obras de Platón y Aristóteles.

Viaja, y hazlo con esos libros en la intención, en la memoria y en la mochila. Verás qué pocos fanatismos e ignorancias de pueblo y cabra de campanario sobreviven a una visita paciente a El Escorial, a una mañana en el museo del Prado, a un paseo por los barrios viejos de Sevilla, a una cerveza bajo el acueducto de Segovia. Llégate a la Costa de la Muerte y mira morir el sol como lo veían los antiguos celtas del Finis Terrae. Tapea en el casco viejo de San Sebastián mientras consideras la posibilidad de que parte del castellano pudo nacer del intento vasco por hablar latín. Observa desde las ruinas romanas de Tarragona el mar por el que vinieron las legiones y los dioses, intuye en Extremadura por qué sus hombres se fueron a conquistar América, sigue al Cid desde la catedral de Burgos a las murallas de Valencia, a los moriscos y sefardíes en su triste y dilatado exilio. En Granada, Córdoba, Melilla, convéncete de que el moro de la patera nunca será extranjero para ti. Y sitúa todo eso en un marco general, que también es tuyo, visitando el Coliseo de Roma, la catedral de Estrasburgo, Lisboa, el Vaticano, el monte San Michel. Tómate un café en Viena y en París, mira los museos de Londres, descubre una etimología almogávar en el bazar de Estambul o una palabra hispana en un restaurante de Nueva York, lee a Borges en la Recoleta de Buenos Aires, sube a las pirámides de Egipto y a las mejicanas de Teotihuacan. Si haces todo eso -o al menos sueñas con hacerlo-, conocerás la única patria que de verdad vale la pena.

lunes, 27 de diciembre de 2010

VJ

Vintage japonés.

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BR

martes, 21 de diciembre de 2010

La chica del burguer.

La chica del Burguer.

Era viernes por la noche, casi la hora de entrada de los cines. La hamburguesería estaba llena hasta los topes, y ella -que llevaba puesto un espantoso gorrito de colores y tenía aire cansado- se movía entre los envases de plástico, el mostrador y el micrófono para los pedidos. Una hamburguesa doble, patatas fritas, uno de jamón y queso, repetía con voz monocorde yendo y viniendo como una autómata, la mirada ausente, agotada. La imaginé levantándose muy temprano, allá en cualquier barrio a una hora de metro del centro de la ciudad. Debía estar siendo una de esas jornadas laborales largas como un día sin pan, y se le notaba en los ojos con cercos de fatiga, en la forma en que preguntaba qué va usted a tomar sin mirarte siquiera la cara.

Ignoro cuántas hamburguesas llevaba despachadas aquel día. Quinientas. Mil, quizás. Cualquiera sabe. Creo que en otro momento del día, vestida de otra forma y sin aquel inmenso cansancio asomándole a los ojos, habría parecido bonita. En la cola, pidiendo hamburguesas y cocacola, veinteañeras de su edad comentaban la película que iban a ver dentro de un rato. Ropa cara, etiquetas, zapatos de marca, tejanos de los que salen en la tele, cosas así. Chicas de las que pueblan los anuncios de no se nota, no se mueve, no traspasa. Yogurcitos, que diría mi amigo Salvador Gracia Segovia, en su celda de castigo del Puerto de Santa María. Y allí estaba ella echándole horas al otro lado del mostrador, con aquel ridículo gorro en la cabeza, sirviéndoles hamburguesas para que pudieran luego irse a ver a Schwarzenegger a gusto, con la tripita llena. Total. Que pagué mi consumición, cobró mirándome sin verme -observé que tenía mordidas las uñas- , respondió con mecánico ” a usted” a mi “gracias”, y salí de su vida sin haberme asomado siquiera a ella. Después me senté en la terraza de un bar próximo a la hamburguesería, a echarle un vistazo a ese libro que ha escrito Mario Conde, y que resulta más estremecedor por el infame ganado que describe que por lo que cuenta. Y al poco la vi salir. Debía de haber terminado por fin su turno, porque vestía ropa de calle y se detuvo un instante en la acera, mirando alrededor. El chico estaba apoyado en una jardinera. Llevaba el pelo largo y revuelto, una cazadora de cuero, botas y una moto de mensajero. Entonces ella fue hacia él y se le abrazó como un náufrago puede abrazarse a un salvavidas y se besaron, y yo volví con Mario Conde.

Después, al rato, alguien dijo algo en la mesa de atrás sobre la juventud, y sobre los ideales, y sobre la falta de no sé qué, y yo cerré el libro, y miré hacia el tráfico que se había tragado media hora antes a la pareja, y me hubiera gustado volverme y decir de qué juventud habla usted señora. De esa que sale en los anuncios y en las encuestas sobre universitarios y en la ruta del bakalao, de su sobrina Maripili, señora, que la preñó el novio que estudia Arquitectura, una tarde, porque se aburrían viendo el Príncipe de Bel Air, o de la otra, la que se levanta a las seis de la mañana y se pega una hora de tren, de metro o de autobús, para estar después ocho o diez horas sirviendo hamburguesas, enlatando pimientos o limpiando casas ajenas a fin de llevar un jornal a su casa. De esos jóvenes que trabajan y luchan o quieren hacerlo, de las parejas que aún tienen veinte años y ya parieron hijos que sólo heredarán la cola del paro, la ausencia de esperanza. De los miles de jóvenes engañados, estafados, puestos en la Calle De Ahí Te Pudras por esa cuerda de trileros que, con los votos de mi generación, prometió ponerles un piso y atar sus perros con longanizas, y que ahora empezará a esfumarse impune y discretamente, como de costumbre, dejando esto hecho un solar. Y el que venga detrás, que arree.

Aquella tarde me hubiera vuelto para decir todo eso hacia la mesa de atrás. No sea barata y facilona, señora. Mueva el culo, cruce la calle a masticar una hamburguesa un día de fiesta y jolgorio juvenil, y eche un vistazo detrás del mostrador antes de mezclar las churras con las merinas. So capulla. Al menos, me dije, la chica de la hamburguesería y el mensajero de la moto se besaban en la boca despacio, con infinita ternura, y eso era algo que nadie les podía quitar. Tal vez en ese momento se acariciaban el uno al otro, abrazados en algún lugar al extremo de la ciudad, y la hamburguesería, la moto, el resto de este jodido país y del jodido mundo estaban a miles de años luz, muy lejos. Entonces les dediqué una sonrisa amarga y cómplice, pedí otra cerveza y volví al libro de Mario Conde.

Arturo Pérez-Reverte, 1994

M

Que la vida es muy puta y yo me he vuelto muy malo,y si encarta soledad, pues soledad pal saco,lo mismo me dará dar como ser dado.

martes, 7 de diciembre de 2010

2c

Carpe Diem

Coged las rosas mientras podais
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis
mañana estará muerta.

Landing

GAB

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía.

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Angel


you are my angel
come from way above
to bring me love...

CI

La capacidad improvisatoria es una cualidad que se identifica con la carencia de ignorancia frente a cualquier tipo de argumento.

MM

" ... But all the pretty, pretty ones
will leave you low
and blow your mind..."

nekodraw :3




Relación entre la ortografia y la inteligencia.


Nube perdida



Nube Perdida.

Vista por última vez: En el cielo, sobre mi casa.

Aspecto: Blanca, esponjosa, mecida por el viento.

Puede o no responder al nombre de “Mr. Wisples”

Si la véis, por favor enviad una paloma mensajera al 8841 de Hyperion Avenue.

Epic is epic

Two Steps From Hell : Movie trailer soundtracks




Moscow Metro Station

http://www.beeflowers.com/moscowmetro/index.htm

La vida del artista

Hoy la gente señala hacia la cárcel de Reading y dice: "ahí es donde le conduce a uno la vida de artista". Bueno, podía llevarle a sitios aún peores.

La gente vulgar, aquellos para quienes la vida es como hábil especulación, fruto de un cuidadoso calculo de posibilidades, saben siempre a dónde van, y van derechos hacia su objeto. Propónense como fin ideal el llegar a ser mayordomo de cofradía, y, en efecto, lo consiguen, sea cual fuere la situación en que hayan sido colocados. Y esto es todo. Y el que aspira a ser algo exterior a sí mismo: miembro del Parlamento, rico tendero, eminente abogado, juez u otra cosa igualmente aburrida, ve siempre sus esfuerzos coronados por el éxito. Y este es su castigo. El que anhela una careta no tiene más remedio que llevarla.

Las cosas suceden muy de otro modo con las fuerzas dinámicas de la vida y con los que las encarnan. Aquellos que solo piensan en el desarrollo de su propia personalidad nunca saben adónde les conduce su camino. No pueden saberlo. En una palabra: es indispensable, cual pedía el oráculo griego, conocerse a sí mismo. He aquí el primer paso hacia la sabiduría. Pero la última etapa de la sabiduría estriba en penetrarse de lo insondable del alma humana. Nosotros mismos somos el misterio final, y aún después de haberse averiguado el peso del sol, y midiendo las fases de la luna, y seguido sobre el mapa, estrella por estrella, las siete constelaciones, aún nos falta conocernos a nosotros mismos.

El club de los poetas muertos.

"No leemos y escribimos poesía porque es bonita.... leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniera, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida... pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor, son las cosas que nos mantienen vivos. Citando a Withman:

" Oh mi yo!, oh vida de sus preguntas que vuelven
del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios
¿qué de bueno hay en estas cosas?
Oh, mi yo, mi vida. "

Respueta: Que tú estás aquí,
que existe la vida y la identidad,
que prosigue el poderoso drama
y que tú puedes contribuir con un verso.

Que prosigue el poderoso drama , y que tu puedes contribuir con un verso.

¿Cual será su verso?


LOL (Love of Lesbian)



Jorge Bucay

- Y, señor Bucay, ¿cuales diría usted que son los principales enemigos de la felicidad?
- Diria, casi sin ninguna duda, ...el miedo, la vergüenza y la culpa

Molinos de viento

BEBE, CANTA, SUEÑA,
SIENTE QUE VIENTO HA SIDO HECHO PARA TI,
VIVE, ESCUCHA Y HABLA
USANDO PARA ESTO EL CORAZON,
SIENTE QUE LA LLUVIA
BESA TU CARA CUANDO HACES EL AMOR,
GRITA CON EL ALMA, GRITA TAN ALTO
QUE DE TU VIDA TU SEAS AMIGO EL UNICO ACTOR

:3

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Ay Dolores!

"Hijoputa" e "Hijo de puta".

Hijoputa tiene resonancias casi genéticas,; es un individuo o individua, normal, de a pie; uno de tantos con los que a diario nos tropezamos en el peligro ejercicio de la vida.
Hijo de puta, sin embargo, es algo más serio; más definitivo.
Nadie confundiría un término con otro, en especial cuando el segundo se pronuncia despacio, dejando un poco en el aire la i antes de arrastrar la j, y la p suena labial, sonora, como un disparo.

El primero nace, pero el segundo se hace. El hijoputa es un mierdecita de andar por casa, y ni siquiera él puede evitarlo; un quiero y no puedo. En cambio, el hijo de puta se lo hace a pulso. No todo el mundo vale: hacen falta dotes, talento, carácter. El auténtico hijo de puta siempre es vocacional.

Olé!

Por mucho que varios irresponsables entre quienes hoy adornan los bancos de la oposición se hayan empeñado en ello durante doce o trece años -"lo nuestro" decía un anuncio de la tele, con mucha castañuela y bata de cola-, ni España es sólo Andalucía, ni Andalucía es una juerga continua. Allí tambien hay mucha gente trabajadora, mucha seriedad, mucha miseria y mucha mala leche.
Como dice mi amigo y compadre J.E.G., andaluz de impecable casta, a ver qué tienen que ver la Blanca Paloma o el albero de la Feria con un jornalero jienense o un pescador de Almería.

PdC

"Díos mio, no me ayudes pero tampoco me jodas"

P-R

(...) y no era una de esas frases que repites pra creerte un sueño o para convencerte de algo, sino que era de verdad. Esa especie de rayito de sol, de calor que te alegra el alma aunque sea un poco,y aleja el frio, y te hace pensar que después de todo, bueno, aqui vamos a estar sólo un rato; pero igual si nos abrazamos fuerte hasta vale la pena.

Go

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.